viernes, 3 de julio de 2009

El problema no es Cataluña, sino los de aquí, por Antonio Alemany




• Hay un pliego de agravios contra Cataluña que viene de lejos que es, si se me permite la expresión, “histórico” y es “histórico” porque es recurrente y es recurrente porque está dentro de la lógica de la geopolítica y de la política a secas. Cataluña, como entidad política, no existe cuando se produce la Conquista de Jaime I ni tampoco existe como entidad soberana cuando el nefasto Pedro IV de Aragón liquida físicamente a nuestros monarcas y a nuestro Reino e inaugura el largo y ominoso periodo de la Deuda como castigo a los mallorquines que pesará durante siglos como una losa sobre nuestra economía y hasta sobre el hambre de los isleños agobiados por las exigencias de los acreedores. No existe Cataluña como entidad soberana ni con Jaime I ni con Pedro IV, pero si existen los catalanes que participan de forma decisiva en la aventura de la Conquista y existen los catalanes que serán los detentadores de la Deuda Pública que agobiará a los mallorquines durante siglos.

• La voluntad anexionista- “imperial” como dice Ucelay da Cal- será una constante histórica como será una constante histórica el rechazo de los mallorquines a unas pretensiones que carecían de todo anclaje político, histórico o de precedentes de dependencia, unión o asociación del Reino de Mallorca con Cataluña. La pretensión catalana sobre las Baleares ha sido, siempre y por ello, mostrenca, rayana en la oficiosidad ridícula. Sigue siéndolo, sólo que, ahora, un factor nuevo plantea las cosas en unos términos especialmente desagradables rayanos en la violencia.

• Y es que siguen los agravios y, por citar a vuela pluma, los más recientes los que se han producido en tiempos de las actuales generaciones. La Universidad Balear se demoró durante años y años por la oposición de la Universidad de Barcelona que negaba cualquier veleidad docente universitaria a Mallorca. En la Guerra Civil, los bombardeos sobre objetivos civiles y la expedición del incompetente Bayo fueron iniciativas, no del gobierno de la República, sino de la Generalitat catalana y en contra de la opinión del Gobierno republicano. La prueba de esta oficiosidad mostrenca que se autoatribuye unos derechos o una tutela y que desconoce por completo la realidad histórica y social mallorquina quedó patente en la “preparación” del desembarco: la aviación de la Generalitat regó Mallorca de panfletos incitando a la rebelión de la población civil en nombre de los “países catalanes” que, por fin, iban a conseguirse gracias a la acción bélica. Confiaba Bayo, incluso, en una “quinta columna” que se pasaría con armas y bagajes. Creo recordar que no pasaron de ocho los que “se pasaron”.

• Cuando las Olimpiadas de Barcelona que financiamos generosa y elegantemente- nadie se lo echó en cara a los catalanes- todos los españoles, Palma solicitó que alguna regata tuviera lugar en el mejor campo de regatas del Mediterráneo, superior a cualquier espacio marítimo catalán y con una experiencia en competición velística a años luz de la experiencia catalana: se negaron en un inelegante gesto de avaricia. Para la conexión del importante gaseoducto y cable eléctrico que nos incorporaba a la red nacional y europea de energía, Tarragona era el sitio idóneo: se negaron las instituciones catalanas, impulsadas por Carod Rovira, el mismo que tiene una sucursal partidista aquí y el mismo que negoció con ETA para que no atentara en Cataluña, importándole un rábano que atentara en el resto de España, incluida Baleares. Tuvimos que acogernos a la hospitalidad valenciana para instalar la conexión gasística y eléctrica. También los catalanes intentaron robar a Valencia la Copa de América- feo gesto- de la misma forma que intentaron cortocircuitar cualquier hipótesis de que Madrid fuera sede de unas futuras Olimpiadas, más feo gesto aún que contrasta con el apoyo y adhesión entusiasta de todos los españoles- madrileños incluidos- a las olimpiadas en Barcelona. O han retrasado todo lo que han podido el AVE Madrid- Valencia. Ahora mismo, se han llevado Spanair con pésimo estilo, dejándonos el marrón de cientos de parados. Y está caliente el desmontaje del hangar de mantenimiento de Iberia en Palma para trasladarlo al aeropuerto de El Prat, volviendo a plantear un serio problema laboral, sin que Antich vea, como ha afirmado el presidente del Sindicato Aéreo de Mantenimiento, “que Cataluña es una enemiga laboral de Baleares”.

• Ya Dante, en la Divina Comedia, tuvo palabras poco amables para los catalanes- creo recordar que los llamó “avari catalani”- y los almogávares no propiciaron precisamente una imagen amable y civilizada de los catalanes, sino bárbara y cruel al Atila style. Pero esta no es la cuestión. La cuestión es que Cataluña en la que, valga la expresión, podríamos llamar su “política exterior”, se comporta como se comportan todos los Estados: con egoísmo. Cataluña ha ido siempre y seguirá yendo a su bolo, defendiendo sus intereses a costa de lo que sea y de quien sea. Ni “países catalanes” ni madre que los parió: ellos. En Baleares tenemos sobradas pruebas, pretéritas y actuales, de este principio rector de los “intereses nacionales” aplicado hasta el paroxismo por una Cataluña que no es diferente a lo que fue en su momento la España Imperial o la Inglaterra de sus tiempos de esplendor.

• Los mallorquines, históricamente, hemos practicado, a su vez, una “política exterior” inteligente de acuerdo con un elemental principio geopolítico: aliáte siempre con el vecino de tu vecino, sobre todo cuando el vecino es más fuerte que tu y tiene veleidades “imperiales”. Por esto nuestra “santa alianza”, geopolíticamente hablando, debe ser el eje Baleares-Valencia-Madrid.

• Sin embargo, lo que perturba esta inteligencia geopolítica no es Cataluña, sino la quinta columna de catalanistas explícitos- PSM, UM y demás- y catalanistas tontos- el PSOE y algunos del PP. La quinta columna se comporta de acuerdo con los principios de todas las quintas columnas: obediencia al que sirven y, en este caso y con frecuencia, al que paga. A los actuales gobernantes- empezando por Antich . pasando por Munar, acabando por Armengol y no hablemos de los catalanistas explícitos- si entran en conflicto los intereses de Cataluña y los intereses de Baleares, primarán siempre los intereses de Cataluña. ¿Alguien ha odio una voz, una sola voz, de protesta por los ataques de Cataluña a los intereses baleares? Silencio. ¿Qué Cataluña nos está desmontando el importante y estratégico sector aéreo? Silencio. ¿Qué Cataluña se lleva los aviones y las compañías y a los parados que les zurzan? Silencio. ¿Qué Cataluña financia toda una quinta columna, algo inédito en el resto de España, para propiciar el anexionismo o integración que proclaman sin rebozo los catalanistas de aquí? Silencio. También el PP- que parece, a veces, integrado por una pandilla de cobardes- ha callado, entre otras razones porque tiene literalmente pánico a los catalanistas de aquí y por esto ha guardado y guarda un silencio ominoso. Pero, al menos, el PP- en lugar de enfrentarse con gallardía a estas auténticas agresiones del catalanismo- ha actuado arteramente largándose del Ramón Llull o de la Eurorregión. Algo es algo.

• Tenemos, señores, una clase política infeudada en el catalanismo o sumisa al catalanismo. Esta es la triste realidad por vez primera en nuestra Historia. Antich, Armengol, Munar, Calvo- y no hablemos del fascio catalanista- no es que callen: están de acuerdo, les parece bien, que nos expolien, que financien a entidades y partidos que aspiran al anexionismo, que se desmonte toda nuestra infraestructura aérea. No son mallorquines, menorquines o ibicencos. Son catalanes, se sienten catalanes, catalanes de Mallorca, Menorca o Ibiza- de momento y para disimular- pero catalanes. Catalanes de los malos, porque no todos los catalanes son así. Lo que no ha conseguido Cataluña en 800 años intentan conseguirlo estos catalanes renegados de su condición balear.
¿Y el PP? No sabe, ni contesta. Calla, sólo calla, siempre calla.

Editorial de Libertad Balear