lunes, 26 de abril de 2010

La revista de Nikon entrevista a Carlos Agustín

Carlos Agustín, miembro del  jurado del concurso fotográfico FotoNikon por dos años consecutivos pasa hoy el Tercer Grado.
Fotógrafo profesional que comienza su carrera en el departamento de fotografía de Editorial Abril en Buenos Aires, donde es enviado especial a diversos países de Sudamérica. Años después regresa a España donde colabora tanto como fotógrafo como periodista en todo tipo de prensa nacional, internacional, agencias y bancos de imagen. Ha publicado libros en editoriales españolas, inglesas, alemanas y argentinas. Desde su primera muestra en 1971 ha participado en numerosas exposiciones en galerías de arte, museos y fundaciones e imparte seminarios sobre lenguaje visual e historia de la fotografía.

¿Cuánto tiempo hace que se dedica a la fotografía como profesión?
El pasado febrero, 41 años (también he sido periodista, traductor, diseñador editorial, editor gráfico y sobre todo un lector curioso).

¿De dónde viene su vocación?
Yo nací en Vigo, España, en 1950 pero, por el trabajo de mi padre, a los tres años y medio estaba en Montevideo, Uruguay, a los 5 y pico en Sao Paulo, Brasil, y a los 7 en Buenos Aires, Argentina. Desde luego no es la infancia ideal y Kipling o Freud tendrían mucho que decir de esos primeros años y la vida seminómada que jamás abandoné. A cambio, crecí rodeado por las mejores revistas internacionales de la época que, como un augurio, se guardaban en una parte del armario de mi habitación. Pasé largas horas durante años contemplando página tras página aquellas imágenes extraordinarias del mundo, sus gentes y sus cosas que impecablemente impresas y maquetadas se veían en Life, Paris Match, National Geographic, Picture Post etc. De modo que la inspiración no se limitó a la fotografía sino que me relacionó para siempre y muy estrechamente con la imagen, la palabra, lo impreso y lo publicado. Vivíamos lejos del resto de la familia y mi madre, una aficionada a la fotografía de toda la vida, tomaba muchas fotos de sus hijos para enviárselas a los parientes.
En breve: en casa había cámaras.

¿Cuál es el género fotográfico al que más se ha dedicado?

El fotoperiodismo (en revistas, periódicos, agencias); me ha interesado mucho el retrato y no necesariamente posado en un estudio. Disfruté retratando a grandes personalidades en… una rueda de prensa.
También el retrato social, cultural, como por ejemplo en los libros de viajes. Me interesa más la gente y sus obras que los paisajes.
Aunque también me ha hecho muy feliz la soledad monacal del estudio y el control absoluto de la luz y de la sombra.

¿Cuáles considera que son sus referencias fotográficas? ¿Quién o qué ha inspirado su forma de ver la fotografía?
Entre 1839 y 2010 sólo hay 171 años de Historia de la Fotografía, y muy bien documentados. Me he fijado en todos los buenos trabajos y en sus autores, que por suerte para la fotografía son muchos, en todos los géneros y épocas. Y en cuanto a qué o quién ha inspirado mi forma de ver la fotografía, no tengo una forma de ver la fotografía: por ejemplo, no es semejante mi aproximación a una foto de Helmut Newton que a otra de Larry Burrows, porque entre otras cosas no es tanto lo que yo vea como lo que se me muestre.
Puedo referir un episodio que para mí siempre ha sido muy inspirador:
La primera persona que aparece en una imagen fotográfica lo hace por el mero azar de haber estado lustrándose los zapatos justo cuando en 1839 Daguerre disparaba su cámara sobre el Boulevard du Temple en París. Carruajes y paseantes se movían demasiado rápido para el largo tiempo de exposición, pero el caballero al que le lustran las botas permanece quieto durante el tiempo suficiente como para quedar petrificado en la historia. El sujeto aparece sin comprometerse, sencillamente porque está ahí. De alguna manera, está ahí como ese Pilatos que se lava las manos, sólo que en este caso se lustra las botas, lo cual no nos dice nada del estado higiénico de sus pies. Tampoco sobre si sus uñas estaban limpias, sucias, bien cortadas, ni nada sobre el estado de sus calcetines (¿tenían agujeros, remiendos, estaban impecables?). Esta idea, la de unos pies muy sucios ocultos tras una piel brillante, puede que nos diga algo acerca de la esencia de la fotografía. Cierto, la fotografía se ocupa de la superficie, pero recordemos las palabras de Richard Avedon “las superficies dicen mucho”.

Puedes leer la entrevista completa en Nikonistas. Muy recomendable.