martes, 23 de agosto de 2011

El 'diputacionicidio' de Rubalcaba, por Antonio Alemany


Editorial de Libertad Balear

El “diputacionicidio” de Rubalcaba
Antonio Alemany

  • Como no me creo que Rubalcaba- un maquiavilito en siniestro- se haya caído, como Saulo, del caballo  y se haya cegado con la luz de la verdad, la clarividencia y la ponderación, a buenas horas mangas verdes con eso de suprimir las diputaciones y, en consecuencia, su altera ego insulares, los consells. La clarividencia rubalcabesca no es la de San Pablo ni la de un Pentecostés que de repente ilustra su inquietante y lironda cabecita. No, sus razones son bastante más pedestres y garbanceras: las diputaciones deben ser suprimidas porque se les han ido de las manos a los socialistas y ya no cumplen la función pesebrista que han practicado con delectación y alevosía durante estos ochos largos años delzapaterato.

  • La cosa es especialmente sangrante  con el PSOE balear que- se supone- forma una piña personal e ideológica con nuestro petit Fouché nacional. Fue ayer mismo, cuando Armengol, siguiendo los pasos megalómanos de Munar, pensaba “su” consell en términos de Govern de Mallorca. Y fue ayer mismo cuando el PSOE y Armengol, con la impagable anuencia y cooperación del PSM, organizaron un consell como la primera agencia de colocación de la isla. Y fue ayer mismo que Armengol procedió al saqueo de las arcas insulares para retribuir a sus amigos con una munificencia que ni el marajá de Kapurtala.

  • Tras el diseño constitucional del estado de las autonomías, las diputaciones y los consells insulares eran y han sido instituciones redundantes. Nada que no pueda hacer y resolver una o varias direcciones generales de los respectivos gobiernos autonómicos. Pero, aun admitiendo esta obvia realidad, la cosa no es tan sencilla como parece, no sólo por que los organismos provinciales desde que las diseño Javier de Burgos, han ido acumulando toda una teoría competencial y municipalista, sino porque la provincia y la institución que la corona forman parte de la arquitectura constitucional y estatutaria de España y de sus autonomías. Suprimir las diputaciones no es cuestión de un plumazo- posiblemente necesario- sino de una preparación y reflexión que pondere todas las cuestiones en juego.

  • Y, desde luego, una reforma institucional de este calibre no puede estar presidida y animada por el hecho de que se le haya ido de las manos el momio que manejaba y lucraba a las mesnadas socialistas…y no socialistas, que todo hay que decirlo- El diputacionicidio de Rubalcaba y del PSOE no es creible, por repentino, porque se les ve el plumero y porque, hasta ayer mismo, no han predicado con el ejemplo, sino todo lo contrario. Este es, uno más, de los grandes problemas que tiene y tendrá el divino calvo: cada vez que proponga algo, se le recordará lo que ha dicho y, lo que es peor, lo que ha hecho desde las alcantarillas del Estado.