domingo, 6 de noviembre de 2011

Cataluña aumenta su dependencia comercial con el resto de España

La economía catalana mantiene un crecimiento sostenido de sus exportaciones. Sin embargo, el aumento de las importaciones en una proporción similar hace que se mantenga el alto déficit exterior, que solo se compensa gracias al amplio superávit comercial con el resto de España.

“España, económicamente, se nos ha quedado pequeña, y ojalá en estos próximos años se nos quede definitivamente pequeña, económicamente, porque querrá decir que nos hemos situado en el mundo”. Estas palabras del presidente de la Generalidad, Artur Mas, pronunciadas el pasado mes de abril durante una entrevista en TV3, reflejan uno de los objetivos principales del nacionalismo catalán, como parte de un proceso de desconexión gradual de Cataluña del resto del país en todos los ámbitos: sentimental, cultural, lingüístico y económico.
El propio presidente autonómico amplió sus anhelos en otra entrevista televisada hace poco más de un mes:
“Hoy por hoy una parte significativa de la economía catalana depende del conjunto de España. Nos guste más o nos guste menos, esta es nuestra realidad. Afortunadamente, cada vez esto es menos así. Pero para muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, todavía hoy el mercado español es esencial. Tal vez dentro de diez años no será exactamente igual. Ojalá. [...] Ojalá llegue un momento en que España represente el 5 ó el 10% de nuestra economía. Hoy no es el caso”.

Y, efectivamente, algunas de las cifras macroeconómicas parecen darle la razón. Según los datos oficiales, en lo que a bienes se refiere (sin incluir los servicios), la economía catalana cada vez vende proporcionalmente más en el extranjero que en el resto de España. Si en el año 1995 la relación era del 64% frente al 36% (31.387 millones de euros en ventas al resto de España y 17.711 millones al resto del mundo), en los últimos tres años esta relación se ha situado alrededor del 50%.
De hecho, desde 1995 las exportaciones catalanas se han multiplicado por tres (pasando de 17.711 millones de euros a 50.515 en 2008, con un crecimiento sostenido que solo se ha frenado en los últimos tres años, coincidiendo con la crisis), mientras que las ventas de bienes al resto de España solo se han multiplicado por 1,6 en el mismo período (pasando de 31.387 millones en 1995, a 50.612 millones en 2008).



Balanza comercial (únicamente de bienes) de Cataluña con el resto de España y con el resto del mundo, en millones de euros (fuente Idescat y Ceprede).


A priori, estas magnitudes avalarían una evolución del comercio catalán en la línea de lo deseado por Artur Mas. Es decir, vender más al extranjero que a las demás CCAA, para depender menos del resto de España. Sin embargo, eso no es del todo cierto.
Si analizamos los saldos de las balanzas comerciales, en lo que a bienes se refiere, nos encontramos con que, si bien es cierto que las exportaciones de las empresas catalanas se han multiplicado por tres entre 1995 y 2008, las importaciones también lo han hecho en una proporción similar (de 25.703 millones a 77.233), con lo que el déficit comercial con el extranjero ha pasado de 7.992 millones en 1995 a 26.718 millones en 2008 (suavizándose en 2009 y 2010 con motivo de la crisis).

El superávit con el resto de España compensa el déficit exterior

Por otra parte, las ventas y las compras de mercancías al resto de España también han aumentado en proporciones similares, lo que ha permitido a la economía catalana mantener un amplio superávit comercial, que ha evolucionado desde los 13.725 millones de euros en 1995, hasta los 19.293 millones en 2008, alcanzando incluso una cifra récord en el año 2009 de 24.76 millones de euros.
Así, a pesar de que, en los últimos 15 años, el comercio con el resto de España ha ido perdiendo peso en relación al comercio internacional, el superávit de las compra-ventas de bienes con el resto del país ha permitido compensar la mayor parte del déficit resultante del comercio de la economía catalana con el extranjero.
Hasta tal punto son importantes las ventas de productos catalanes al resto de España que la balanza comercial de bienes en Cataluña ha obtenido los mayores superávits cuando más peso han tenido estas operaciones respecto a las exportaciones, mientras que, los años en que las exportaciones han sido más altas (2006, 2007 y 2008), la balanza comercial de bienes en Cataluña ha registrado los mayores déficits.



Balanza comercial de Cataluña (incluidos bienes y servicios) con el resto del mundo y saldo total incluyendo el resto de España, en millones de euros (fuente: Idescat).


La economía catalana cada vez depende más de sus ventas al resto de España
Si, además de los bienes, incluimos los servicios, nos encontramos con que, los años en que más ha exportado la economía catalana (66.475 millones de euros, en 2008; y 64.977 millones, en 2007), también son algunos de los ejercicios con mayor déficit comercial exterior (9.615 millones y 13.892 millones, respectivamente). De hecho, en los últimos diez años, la balanza comercial de Cataluña con el extranjero -incluyendo bienes y servicios, y a pesar del aumento de las exportaciones- siempre ha sido deficitaria, mientras que, si se incluye el saldo con el resto de España -y gracias a él-, esta balanza siempre ha sido positiva.


De esta forma, la conclusión a la que se llega es exactamente la contraria al discurso que se viene efectuando desde el nacionalismo catalán: debido al fuerte desequilibrio estructural entre las importaciones y las exportaciones, la economía catalana cada vez depende más de sus ventas al resto de España para equilibrar su balanza comercial.


Informe La Voz de Barcelona