martes, 18 de diciembre de 2012

Insumisión, por Juan Carlos Girauta


A ver si nos vamos entendiendo. La insumisión comporta la asunción de consecuencias, y su naturaleza no combina bien con lo institucional, por muchas vueltas que le den. Insumisión más chófer más campaña en la TV pública más sueldo público es igual a estafa política. Uno de los rasgos más tristes de esta Cataluña que se empeña en abandonarme es la incapacidad de sus supuestos círculos críticos para distinguir el gato Leviatán de la liebre Rebelión.
Las virtudes -aunque sean simplemente sentimentales- de la desobediencia civil, del plantarse ante el poder, de anteponer los
derechos -que siempre son individuales- a la norma, caiga quien caiga y con la santa disposición a ser sacrificado en el altar de los tres poderes... esas virtudes se las atribuyen nuestros guías espirituales de catalanismo ¡al dueño del altar, al hacedor de normas, al Estado! ¿O ha avanzado tanto el analfabetismo político que ya se ignora el abecé? La Generalidad es Estado. Su presidente es el primer representante del Estado en Cataluña. La Generalidad tiene poder ejecutivo y legislativo, que son poderes del Estado. Tan lejos ha llegado en Cataluña la cómoda filosofía de moqueta y pancarta, la rebeldía subvencionada, que parecen insalvables los estragos sobre el lenguaje y sobre la conciencia. Llaman insumisión a una conspiración institucional para pervertir las relaciones de jerarquía y competencia del ordenamiento jurídico. Es como si Tejero se llamara «organizador de performances». Y encima de sienten estupendos. Sin abandonar ninguna de sus prebendas, se inyectan un subidón de rebeldía.
Se creen durante unos días que no son unos tíos acabados, hijos de la renuncia, inhábiles para competir en el mercado, demasiado cobardes para pelear de verdad y demasiado gordos para salir corriendo, que diría aquel. Se creen durante unos días que todavía no se han pervertido y están a punto de asistir a las Sis Hores de Canet. ¿Insumisión? Esperad a que la Cataluña real os la organice a vosotros, y veréis lo que significa la palabra, soldaditos de plástico.
ABC