domingo, 13 de enero de 2013

Engordando al cerdo, por Salvador Sostres



Aunque CiU trató hasta el último minuto de no fijar una fecha concreta para la supuesta consulta secesionista, y fue ERC quien le forzó a ello con la amenaza de romper las negociaciones, el líder republicano, Oriol Junqueras, sabe que el referendo no va a celebrarse -como también lo sabe el presidente Mas- porque ni España ni Europa van a conceder ningún marco legal que lo habilite. 
La estrategia de Esquerra es la de aparentar la máxima confianza en que la consulta va a producirse, engordar a Mas hasta que el momento pactado se acerque -otoño de 2014-, y dejarle entonces caer para poder presentarse a las siguientes elecciones, otra vez anticipadas, como única garantía de la independencia. ERC calcula que ofreciéndose como única garantía de independencia estaría en disposición de rozar los 40 diputados y de casi empatar con Convergència. 
Los convergentes conocen este plan y, salvo el entorno más cerrado de Mas, admiten que las elecciones se ganan desde el centro y que desde los extremos se pierde. Muchos son los que dan al presidente y a su banda de patanes por amortizados: el debate sobre quién tendrá que sucederles ya comenzó. Las aspiraciones de Quico Homs son una broma que sólo se cree él, y Oriol Pujol quedará calcinado por lo de las ITV, de modo que Convergència no sólo tiene embargada su sede por corrupción, sino que tendrá imputado a su secretario general por el mismo motivo. CiU no tiene líder de recambio y para hallarlo le queda el tiempo que ERC quiera dedicar a engordar a Mas antes de entrar a por las butifarras. 
Diferentes sectores de CiU están preparando el regreso al discurso sereno y responsable. Después de la aventura naufragada, vendrán tiempos de moderación y de pacto. El nombramiento de Jordi Vilajoana como secretario general de la Presidencia hay que entenderlo en este sentido. Pero a pesar de que voces autorizadas convergentes reconocen que Junqueras le ha ganado a Mas la batalla táctica, están convencidos de que si el objetivo de reducir el déficit al 0,7 no se modifica, el acuerdo con Esquerra no llegará ni a final de año, porque a pesar de que los republicanos quieran engordar a Mas hasta el último día, no podrán enfrentarse al desgaste electoral de apoyar a un gobierno que va a tener que recortar este 2013 lo mismo que recortó durante su primer mandato de dos años. 
Mas sabe que está durmiendo con el enemigo pero no tiene alternativa. Será el último fracaso de una trayectoria delirante: llevó a CiU a la oposición, y fue humillantemente derrotado por dos penosos tripartitos. Cuando al fin ganó fue incapaz de hacerlo por mayoría absoluta. Gobernó sólo dos años, protagonizando la legislatura más corta de la democracia, y cuando convocó elecciones para lograr los seis diputados que le faltaban para la mayoría absoluta, no sólo no los obtuvo sino que perdió hasta 12. La consulta soberanista, su gran apuesta, no sólo está siendo su gran fiasco político y personal, sino que se va a llevar por delante a la familia Pujol, a la que el Estado ha dejado de encubrir después de tantas deslealtades. Impresionante balance. 
Mas pasará a la Historia como el tipo más gafe de España. Pinzado por su tropa de patanes y por ERC, va engordando con la cara de circunstancias de quien sabe que su final es trágico. Junqueras, con su ojo a media asta y sus camisas de cuadros de matarife, afila el cuchillo y sueña sobrasadas.
EL MUNDO